María José Cansino Valpuesta

La noche en que bajó el cielo

 

Franz Marc: Vacas bajo los árboles

 


 

La vaca se despierta en medio de la noche. Se queda sobrecogida al ver el estado del cielo, todo sembrado de luces fulgurantes. Mañana la llevan al matadero. Ya está vieja, ya no pare ni da leche. Absolutamente maravillada por el espectáculo nocturno se aleja del grupo. Parece que el cielo en esa noche estuviera más bajo, más cerca de la hierba, es algo asombroso. Nunca había visto así el firmamento, tan cargado de astros, de luceros, tan imponente. "Aunque quizás", se dice, "nunca había estado así de asustada, sabiendo que lo observa por última vez. Tal vez solo sea eso, que lo aprecio hoy más porque se acaba".

La humedad del relente se adhiere al paso a sus pezuñas. "Toda mi vida -continúa pensando- han estado ahí las estrellas y apenas les he echado cuenta. Tampoco he tenido mucho tiempo para pensar en mí y lo que me rodea... alguna vez sentí envidia de los caballos, que van y vienen, a su trote, a su galope. Desde que tengo uso de razón crío y amamanto. Y luego, cuando dejé de amamantar, venían a por mi leche y ¡qué leche!, la mejor del prado, decían. Sé que resulta extraño, pero siempre quise probar mi leche. Todos hablaban de ella y nunca me dejaron darle un sorbo. ¿Qué tenía para que fuera tan preciada? ¿A qué sabe la leche? No recuerdo el sabor de la de mi madre".

En su paseo parsimonioso la vaca se ha ido alejando y ha ido subiendo la loma. Verdaderamente parece que el cielo hoy estuviera más bajo. Cuando alcanza la parte más alta, descubre aún mayor espacio en el espacio, y contempla sorprendida la vía láctea en un máximo esplendor. Está tan clara, tan cerca... Allí en la cúspide del cerro, la vaca alza su testa y sin saber qué es lo que hace, saca su lengua y trata de lamer esa blancura esparcida en el cielo. Inesperadamente, su lengua arrebata al universo una pizca de su volátil materia y su boca queda impregnada de esa nieve celestial. Su pelaje se eriza. Saborea paralizada la sustancia cósmica, y al tragar esa leche originaria, de pronto, Todo le es revelado. Asume en ese momento la complejidad de la vida, el secreto de la existencia, comprende el universo. Le parece haber levitado, comprueba que sus patas pisan firme.

Es consciente de que algo sobrenatural o Supernatural ha ocurrido pero, cómo explicarlo, no puede, nadie podría entenderla. Así que regresa de nuevo al grupo y se tumba junto a las otras reses, sabiéndose transformada. Mañana la llevarán al matadero y ella sabe lo que ocurrirá después. Está emocionada.


 

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